Globalización |
La globalización puede
definirse de muchas maneras, dependiendo de qué nivel se desee analizar;
puede hablarse de la globalización del mundo entero, de un país, de una
industria específica, de una empresa, hasta de un modelo económico y político.
A escala mundial, la
globalización se refiere a la creciente interdependencia entre los países,
tal como se refleja en los crecientes flujos internacionales de bienes,
servicios, capitales y conocimientos. Ejemplos de estas tendencias podemos
mencionar:
-
Entre 1989 y 1996, el comercio de bienes y servicios entre naciones creció
a una tasa promedio anual de 6,2%, lo que prácticamente duplica el ritmo
de crecimiento de 3,2% que registró el PIB mundial en el mismo período.
-
Desde 1989 y hasta 1994, la inversión extranjera creció de 4,8% a 9,6%
del PIB mundial.
-
En 1970, las transacciones de bonos y acciones entre naciones en términos
de porcentaje del PIB permanecieron debajo del 5% en EEUU, Alemania y Japón.
En 1996, las cifras respectivas de estos países subieron a 152%, 197% y
83%.
A escala nacional, la
globalización se refiere a la magnitud de las relaciones entre la economía
de una nación y el resto del planeta.
A pesar del creciente mundo
globalizado, no todos los países se han integrado de la misma manera a la
economía global. Algunos indicadores clave para medir la integración de
la economía de cualquier nación son las exportaciones y las
importaciones en términos del porcentaje del PIB, los flujos de inversión
extranjera directa y de inversión en los mercados financieros, así como
los flujos de pagos por regalías asociadas a la transferencia de tecnología.
Un ejemplo de esto se puede
encontrar al analizar la integración global de países como China e India
basándose en algunos indicadores de 1980 y 1994, a partir de grados
similares de aislamiento económico en 1980, la economía china se
globalizó más rápidamente en el mismo período que la economía hindú.
Aunado a lo anterior, al
final del siglo XX, el mundo se ve invadido por nuevas formas de producción
y consumo, una preocupación por el deterioro de los recursos naturales,
el avance de la pobreza, etc.; sin embargo. Constantemente se hace
referencia a este nuevo fenómeno que ha llegado a convertirse en un
paradigma para los países en desarrollo como el nuestro y que les plantea
nuevos retos.
La globalización es un
proceso económico, político y social que si bien es cierto no es nuevo,
ha sido retomado con mayor énfasis en los países en desarrollo como
premisa específica para lograr un crecimiento económico y erradicar la
pobreza. Pero este fenómeno en ningún momento fue concebido como modelo
de desarrollo económico, sino más bien como un marco regulatorio de las
relaciones económicas internacionales entre los países
industrializados.
En su definición más
amplia, el término engloba un proceso de creciente internacionalización
o mundialización del capital financiero, industrial y comercial, nuevas
relaciones políticas internacionales y el surgimiento de la Empresa
Transnacional que a su vez produjo como respuesta a las constantes
necesidades de reacomodo del sistema capitalista de producción –nuevos
procesos productivos, distributivos y de consumo sin una localización
geográfica definida, una expansión y uso intensivo de la tecnología sin
precedentes.
Los orígenes del fenómeno
se remontan a las dos décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en
las cuales los países industrializados de Norteamérica, Europa y Asia
alcanzan tasa de crecimiento del PIB tres veces superiores que en los 130
años precedentes, lo que a su vez provocó una gran expansión en el ámbito
mundial de las transacciones comerciales de dichos países.
Con el fin de regular las
crecientes relaciones comerciales, los países en cuestión generaron una
estrategia económica y política de liberar todas las barreras al libre
comercio, implantadas por la Estrategia de Substitución de Importaciones.
Producto de ello son las negociaciones del GATT, la creación del FMI y el
Banco Mundial, las áreas de libre comercio regionales, etc.
Este proceso se vio
acelerado por las diferentes crisis en que se vio inmerso el entorno
internacional en los años 1971(crisis del dólar), 1973 y 1979 (crisis
del petróleo) y en 1982 (crisis de la deuda) un reflejo de ello es la caída
de los porcentajes de los flujos de inversión directa procedente de los
países ricos hacia los países en desarrollo.
Del total registrado en las
dos décadas anteriores, éstos descendieron a una tercera parte en la década
de 1970 y al 25% en el período comprendido entre 1980 y 1984; sin
embargo, otro elemento que ayudó al avance vertiginoso del mismo fue el
surgimiento de una teoría económica a tono con los requerimientos del
fenómeno: la contrarrevolución neoclásica o neoliberalismo.
Este es un programa económico
ideado originalmente en la Escuela de Chicago, siendo Chile el primer país
de América latina que implementó este programa en el ámbito macroeconómico.
Con el paso del tiempo, el
programa neoliberal acuñó sus propios postulados y se convirtió en un
modelo económico, político y social; cuya base teórica la componen tres
grandes premisas:
a.
La producción y el crecimiento de los bienes y servicios
producidos van acompañados de un proceso de destrucción de las fuentes
de producción de toda la riqueza.
b.
Concibe al mercado como el centro de la actividad económica y
acepta la existencia de fuerzas autorregulatorias hacia la armonía del
interés de todos.
c.
Los desequilibrios económicos son causas de la intervención en el
mercado; por tanto, debe eliminarse la posición suprema del Estado
respecto de éste y hacerlo un garante de la acción irrestricta de la
oferta y la demanda
Así las cosas, la
globalización es un fenómeno de carácter internacional: Su acción
consiste principalmente en lograr una penetración mundial de capitales (financieros,
comerciales e industriales), que se desarrolla de forma multipolar. Es
precisamente esa penetración, que conlleva hacia una competencia
internacional de acceso a mercados, lo que permitió el desarrollo y
expansión de las Empresas Transnacionales por todo el mundo.
En la economía mundial
moderna, las relaciones entre las personas, las regiones y los países no
son no accidentales ni pasivas, sino que son mecanismos de integración
activos que intensifican y cambian la vida económica internacional.
Existen tres importantes mecanismos que integran la economía mundial: el
comercio, la producción y las finanzas.
|