Nació en San Juan, el 18 de febrero de
1898 y murió en esa misma ciudad el 30 de abril de 1980. Cursó parte de
sus estudios elementales en el colegio de los Padres Paúles, en Santurce,
y al cumplir los catorce años ingresó al colegio “Grammar School”,
próximo al Parque Central de Nueva York. De allí pasó a la escuela
Superior de la Universidad Georgetown, Washington, D. C.; para
especializarse en literatura inglesa y en lengua francesa. En sus aulas
terminó la instrucción superior. Se distinguió como periodista,
ensayista, poeta, político y orador.
Militó primeramente en el Partido
Socialista, luego en el liberal, hasta el 1940, año en que fundó el
partido popular democrático, del cual fue presidente del Senado (1941).
Muñoz Marín fué el primer gobernador puertorriqueño electo por el
pueblo y gobernó desde el 1949 hasta 1964.
- La canción de los Cinco Perros Flacos
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- Este mundo vulgar de los cinco
sentidos
- me aburre como un perro que
lame eternamente
- la mano de su amo
negligentemente
- a su lengua, ya hueca de
rabias y ladridos....
- Yo marcho y a mis plantas oigo
los doloridos
- lamentos que me lanzan
intermitentemente
- el rabo entre las patas y
humillada la frente
- los cinco perros de mis cinco
sentidos.
- Hay uno que olfatea las flores
que a la orilla
- de mi camino crecen, fofas y
delicadas;
- a vecez huele carne, y
entonces sus quijadas
- se trincan y en su hocico una
luz roja brilla...
- Hay otro, menos flaco que los
demás, que mira
- con una languidez de bruto
satisfecho;
- arrastra por el suelo su rabo,
y en su pecho
- nunca gime el dolor....,¡nunca
ladra la ira!
- Con paso multirrítmico camina
este tercero;
- su rabo enrosca una como clave
de sol;
- su ojo izquierdo despide
destellos de bemol;
- su ojo derecho tiene balidos
de cordero....
- Gris, profundo e inquieto, con
ojos de puñales
- viene el cuarto animal
hiriendo el horizonte;
- pero, cuando su viste tropieza
con un monte,
- el pobre perro envaina sus
liquidos puñales...
- El último es brilloso, como
hiperestasia
- de seda fina y negra. Es ciego
el pobre can;
- pero su carne a veces
preseinte el huracán
- cuando por sus costillas la
niebla se anestesia...
- Y marchan todos juntos...,
juntos como mis poros,
- Malditos perros flacos...¡Oh,
canallescos canes
- que quieren con sus lenguas mi
espíritu envolver!...
- Mas ya viene a patearos, viene
a todo correr,
- un potro largo y blanco,
altivo de alacranes...
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