Israel |
Los territorios ocupados y la resistencia árabe
A partir de 1967, los territorios ocupados se
convirtieron en la principal preocupación política de Israel. La derecha
y los líderes de los partidos religiosos ortodoxos del país se oponían
a la retirada de Cisjordania y Gaza, que consideraban parte de Israel. En
la Alineación Laborista, las opiniones estaban divididas: unos estaban a
favor de la retirada y otros defendían el mantenimiento sólo de aquellas
zonas que se consideraran de vital importancia para la seguridad militar
de Israel. Muchos partidos pequeños, entre ellos el Partido Comunista,
también se oponían al mantenimiento de la ocupación de los territorios
conquistados. Sin embargo, la mayoría de los israelíes apoyaban la
postura de la anexión de Jerusalén oriental y de su unión con el sector
judío de la ciudad, y el gobierno, dirigido por los laboristas, unió
formalmente ambos sectores pocos días después de que finalizara la
guerra de 1967. En 1980 la Kneset aprobó una ley en la que se declaraba a
Jerusalén “completa y unificada” como capital eterna de Israel. Tras la guerra de 1967 se produjo un aumento del
nacionalismo palestino. Varias organizaciones guerrilleras de la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP) cometieron actos
terroristas contra escuelas, mercados, estaciones de autobús y
aeropuertos israelíes, con el objetivo manifiesto de “liberar Palestina”.
Los ataques terroristas contra los israelíes, en su patria o en el
extranjero, hicieron que la opinión pública se opusiera al
reconocimiento de la OLP y a cualquier tipo de negociación con ésta,
pero el grupo consiguió ganar un amplio apoyo internacional, e incluso el
reconocimiento de la ONU, como “único representante legítimo de los
palestinos”. En los Juegos Olímpicos que se celebraron en Munich (Alemania)
en el verano de 1972, un comando palestino asesinó a 11 atletas israelíes. |