Geografía de India

 

 

El Imperio mogol

 

El Imperio mogol alcanzó su auge cultural bajo Sah Yahan, nieto de Akbar. El reinado de Sah Yahan (1628-1658) coincidió con la edad dorada de la arquitectura sarracénica india, cuyo mejor ejemplo es el Taj Mahal.

En 1658 fue expulsado del trono por su hijo, Aurangzeb, quien tomó el titulo de Alamgir (conquistador del mundo). Traicionero y agresivo, Aurangzeb asesinó a sus tres hermanos y prosiguió una serie de guerras contra los reinos autónomos de la India, socavando la moral y la fuerza material del imperio. Durante sus campañas en el Decán, los Marathas, un pueblo escita-drávida, infligieron numerosas derrotas a los ejércitos imperiales. La estabilidad del régimen de Aurangzeb se vio socavada como resultado del antagonismo popular al fanatismo religioso que favorecía. Durante su reinado, que terminó en 1707 con su muerte en el exilio, la fe sij obtuvo un importante medio para entrar en la India.

En el medio siglo que siguió a la muerte de Aurangzeb, el Imperio mogol dejó de existir como un estado efectivo. El caos político del periodo se vio marcado por el rápido declive de la autoridad centralizada. Aventureros musulmanes e hindúes crearon numerosos reinos y principados pequeños y los gobernadores de las provincias imperiales formaron grandes estados independientes. Entre los primeros grandes estados que surgieron estuvo Hyderabad, establecido en 1712. El ruinoso régimen mogol sufrió un golpe definitivo en 1739 cuando el rey persa Nadir Shah dirigió un ejército hacia la India y saqueó Delhi. Entre el botín que buscaban los invasores, la sexta fuerza musulmana que saqueó la India, estaba el gigantesco diamante Koh-i-noor y el fabuloso Trono del Pavo Real, hecho de oro puro y con incrustaciones de piedras preciosas. El rey persa fue pronto expulsado de la India, pero en 1756 Delhi fue capturada de nuevo, esta vez por Ahmad Sah, emir de Afganistán, quien ya se había apoderado antes del Punjab. En 1760 los mahrattas y los sijs unieron sus fuerzas contra los ejércitos de Ahmad Shah. La batalla que siguió, librada en Panipat el 7 de enero de 1761, dio como resultado una victoria completa para los invasores. En 1764, tras la retirada de la India de los invasores, el emperador mogol obtuvo de nuevo su trono. Sin embargo, su autoridad, al igual que la de sus sucesores, era puramente nominal.

Con la derrota de los mahrattas y los sijs, la posibilidad de la reunificación de la India en un estado único y fuerte se había desvanecido y el país, que había sido durante mucho tiempo escenario de una encarnizada rivalidad colonial entre los poderes marítimos de Europa, fue cayendo cada vez más bajo el dominio británico.