Geografía de India |
Cultura
La
India es un país secular, que siempre ha tenido muchas religiones y
sectas religiosas. No obstante, la mayoría de los indios actuales son
hindúes y esto se refleja en numerosos aspectos de la cultura compartida
a lo largo del país. El hinduismo, a lo largo de los siglos, ha absorbido
y desarrollado un gran número de filosofías diferentes; desde el filosófico
Advaita de Shankara hasta la devoción del movimiento Bhakti. La
coexistencia de creencias minoritarias con la fe mayoritaria del hinduismo
no ha sido siempre pacífica; las tensiones entre los hindúes y los
musulmanes, y entre los hindúes y los sijs (a menudo animadas por motivos
diferentes a los religiosos) han dado lugar a numerosos y cruentos
conflictos. Las demandas del movimiento Ramajanmabhoomi para la construcción
de un templo hindú en lo que declaraban que era el lugar de nacimiento de
Rama en Ayodhya acabaron en un conflicto en 1992, con la destrucción por
parte de la muchedumbre del Babri Masjid (una mezquita que según ellos
había sido construida después de la destrucción del templo anterior) y
han dado lugar a un importante apoyo popular. Este tipo de hechos suponen
una gran amenaza para el futuro del secularismo en la India. El
‘fundamentalismo’ hindú reciente (una contradicción en los términos,
pues el hinduismo no tiene fundamentos definidos) es un esfuerzo por
fraguar una cultura nacional singular sobre líneas religiosas desde unas
tradiciones diversas. Los medios de comunicación y en concreto el amplio
acceso a la televisión y a sus poderosos mensajes culturales han
facilitado la extensión e inculcación de tales ideas. A
lo largo de la India se hablan numerosos idiomas. La constitución
reconoce dieciocho de los más importantes, pero a nivel regional también
se hablan otros menos importantes. El sánscrito, el antiguo idioma de las
escrituras hindúes, es un idioma indoeuropeo relacionado con el griego y
latín. Fue el medio para la formación del gran cuerpo de escritos
religiosos y seculares que constituyen el núcleo de la literatura clásica
india (véase lengua sánscrita; literatura sánscrita). Otro idioma también
muy antiguo es el tamil, con una rica literatura y al contrario de lo que
ocurre con el sánscrito, hoy aún es importante. El tamil es una lengua
drávida, con una escritura completamente distinta a la del sánscrito y
forma uno de los diferentes idiomas drávidas que se hablan en el sur de
la India. También hay importantes conjuntos literarios en las otras
grandes lenguas de la India, en especial hindi, bengalí, urdu, telugu,
kannada y malayalam. Las
primitivas pinturas y esculturas clásicas fueron inspiradas por el
hinduismo, budismo y jainismo. El arte de Madhura, Gandhara (con su mezcla
de elementos helenísticos e indios), el refinamiento del arte gupta, los
frescos de las cuevas de Ajanta, los relieves cortados en las rocas de
Mahabalipuram (Mamallapuram) y los Nataraja en Chidambaram, todos forman
parte de la espléndida herencia de la primitiva India. Puede que el
primer tratado mundial existente sobre la teoría del teatro, música y
baile, el Natya Shastra, escrito por Bharata hacia el 300 d.C.,
forme la base de una elaborada tradición en las artes interpretativas (véase
Danzas clásicas de la India). Un
relativo decaimiento en las artes y cultura clásicas hindúes siguió al
final del reinado de Harsha, en el siglo VII, en el norte de la India
mientras comenzaban a evolucionar nuevas formas sociopolíticas, aunque el
sur, bajo reinados como el de Pallava y luego el de Chola, estaban
llegando a la cumbre de su arte y arquitectura. En este periodo de
incertidumbre y cambio, tuvo lugar en el norte de la India una caída del
desarrollo cultural, con la incursión de oleadas de conquistadores de
Asia Central en los siglos XI y XII, quienes trajeron una fe muy diferente,
el islam. Algunos de los más antiguos centros del saber, tales como la
magnífica universidad budista de Nalanda, fueron destruidos por los
turcos en el siglo XI. Después
de varios siglos de guerras, confusión y represión bajo gobernantes
turcos y mongoles, hacia mediados del siglo XVI, el Imperio mogol fundado
por Babur, un descendiente del mongol Tamerlán, conquistó todo el norte
de la India. El islam, con su cosmogonía occidental y su repulsión
contra cualquier forma de culto a ídolos, era muy distinto del hinduismo
y de otras creencias orientales y algunos de los primitivos conquistadores
saquearon templos y capillas, como el templo de Jagannatha en Puri, y
mostraron un escaso respeto por los conocimientos antiguos. Sin embargo,
otros se interesaron por el sánscrito y por obras clave como el tratado
matemático de Bhaskara, el Lilavati, que se tradujeron al persa y se
hicieron muy populares durante el Imperio mogol. Bajo
los grandes emperadores mogoles como Akbar, el país experimentó un nuevo
periodo de florecimiento de las artes, con ímpetu fresco llegado de las
influencias persas que culminaron en un estilo de arte, música y
arquitectura distintivo del norte de la India. El periodo mogol proporcionó
a la India algunos de los ejemplos más impresionantes de su arquitectura,
el más conocido es el Taj Mahal en Agra. También aportó un trabajo
sobresaliente en la ilustración de manuscritos, pintura de miniaturas y
las artes decorativas, así como la evolución de la música indostánica
en el norte. El sur evolucionó con su propio estilo, conocido como música
de Carnatic. Ambas formas clásicas han producido compositores y músicos
muy importantes, incluyendo a Tansen, Tyagaraja y, en años más recientes,
Amjad Ali Khan, Ravi Shankar, M. S. Subbulakshmi y muchos otros; también
se ha mantenido una fuerte tradición popular regional de todas las artes
escénicas. Bajo
el mandato británico, gran parte de este ímpetu cultural creativo se
disipó, pero al mismo tiempo una serie de estudiosos, como William Carey
y Max Müller, se interesaron por la cultura antigua y medieval india, y
con sus traducciones y comentarios proporcionaron acceso a los lectores
occidentales a las obras más importantes. Sin embargo, algunas formas de
arte como los estilos de danza clásica india fueron decayendo a causa de
una falta de mecenazgo o fueron desacreditadas a favor de los valores
victorianos. Hubo un resurgimiento de algunos aspectos de pensamiento y
cultura indios que acompañaron el crecimiento del sentimiento
nacionalista y durante el siglo XX se han hecho esfuerzos no sólo por
resucitar artes que estaban muriendo, como el Kathakali, sino también por
reconstituir formas primitivas. Por ejemplo en la danza, Chandralekha ha
explorado las formas primitivas de Bharatanatyam y el estilo erótico de
Odissi (que aparece en numerosas esculturas antiguas) se ha vuelto a
recuperar.
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