Finlandia |
Territorio y Recursos
Los principales rasgos fisiográficos de Francia los
constituyen sus fronteras naturales orientales y meridionales, una meseta
central meridional, y, contigua a ésta, una vasta región de llanuras
onduladas. Una serie de cadenas montañosas, que engloban parte de las
cordilleras de los Alpes y del Jura, forman los límites naturales con
Italia y Suiza. Las laderas y las estribaciones de estas cordilleras
dominan el área oriental de la meseta central meridional. La mayoría de
las montañas alpinas que se extienden a lo largo de la frontera francesa
superan los 3.900 m de altitud; el Mont Blanc (4.807 m) es el
segundo pico más alto del continente. El Jura, que alcanza una altitud máxima
de 1.710 m, dibuja la frontera oriental de Francia desde el valle del
Ródano hasta la depresión de Belfort, donde confluyen las cuencas de los
ríos Rin y Saona; desde el borde de esta depresión, en la esquina
noreste de Francia, el Rin define la frontera con Alemania. Las montañas
de los Vosgos, que se extienden al norte desde la depresión de Belfort,
dominan la región comprendida entre los ríos Mosela y Rin, con picos que
alcanzan los 1.435 m de altitud. Los Pirineos, que se sitúan a lo
largo de la frontera franco-española desde el mar Mediterráneo hasta el
golfo de Vizcaya, forman el otro límite natural de Francia. El Vignemale
(3.303 m) constituye la mayor elevación de los Pirineos franceses.
Existen pocos pasos que atraviesen esta alineación montañosa;
circunstancia que tradicionalmente impidió el comercio activo entre
Francia y España. Sin embargo, los Alpes y otras cordilleras orientales
poseen varias depresiones y puertos de montaña, entre los que cabe
destacar el del Gran San Bernardo. La meseta central meridional, denominada macizo
Central, está separada de la región oriental de tierras altas por el
valle del río Ródano y muestra un relieve y una estructura irregulares.
La meseta, que se levanta gradualmente hacia el norte y el oeste, se
caracteriza por afloramientos volcánicos, páramos calizos y, más hacia
el sur, por las Cevenas, una cordillera que se eleva a partir de las
depresiones costeras mediterráneas y constituye el límite suroriental
del macizo Central francés. La región de las llanuras, el sector más extenso del
territorio francés, es una proyección de la gran llanura europea.
Excepto por la presencia de unas cuantas colinas, principalmente en la
parte centro-occidental, las llanuras francesas consisten en tierras bajas
muy poco onduladas, situadas a unos 200 m de altitud. La fértil región
de las llanuras la componen los valles de los ríos Sena, Loira y Garona.
Éstos y sus numerosos afluentes drenan la vertiente atlántica de Francia.
El río Ródano, el mayor y más caudaloso del país, y sus afluentes,
particularmente el Saona, el Isère y el Durance, recorren la región de
los Alpes franceses. Los principales afluentes del río Sena (principal
arteria fluvial) son: el Aube, el Marne, el Oise y el Yonne. Francia tiene
pocos lagos; el más destacado, el lago Léman, se encuentra en la
frontera franco-suiza y pertenece en su mayor parte a Suiza. La línea costera francesa tiene una longitud
aproximada de 3.140 km y relativamente pocos puertos naturales. El
litoral septentrional, a lo largo del canal de la Mancha, presenta una
longitud de 1.130 km y está interrumpido por numerosos promontorios,
estuarios y accidentes menores, algunos de los cuales constituyen
fondeaderos seguros. En esta parte, destaca la ciudad portuaria de El
Havre. La construcción de espigones ha dado lugar a la formación de
numerosos puertos, como el de Cherburgo. La costa occidental de Francia,
bañada por el océano Atlántico, tiene una longitud de 1.390 km (incluido
el golfo de Vizcaya); desde la península de Bretaña hasta la Gironda,
pone de manifiesto un perfil irregular y, excepto en Bretaña, es arenosa
y de poca altitud. Los puertos principales en esta área son los de Brest,
Lorient y Saint-Nazaire. Burdeos se encuentra en el interior del estuario
de Gironda, a partir del cual la costa está constituida por dunas y pequeños
lagos rodeados por terrenos áridos. Los mejores puertos naturales de
Francia, como Marsella, Tolón y Niza, se encuentran en el Mediterráneo,
aunque la mayor parte del litoral mediterráneo francés, de unos 620 km
de longitud, es rocoso y de aguas poco profundas. |