Francia |
La II República y el Segundo Imperio Durante los cuatro primeros meses de vida de la II
República, desde febrero a junio de 1848, los republicanos moderados, que
sólo pretendían un cambio político, y los republicanos radicales, que
propugnaban además una profunda reforma social, lucharon por conseguir el
control del gobierno. Las elecciones de abril devolvieron la mayoría a
los moderados y conservadores en la Asamblea Constituyente y las medidas
que tomaron contra los radicales llevaron a una nueva insurrección,
provocando tres días de sangrientos enfrentamientos callejeros en París.
El fin de la insurrección aseguró la naturaleza conservadora de la II
República y suscitó entre la burguesía el temor de que el radicalismo
de la clase obrera influyera en la política francesa durante el siguiente
cuarto de siglo. La Constitución de la II República, promulgada en
noviembre de 1848, establecía un régimen presidencialista y unicameral,
en la que tanto el presidente de la República como la Asamblea se
elegían por sufragio universal masculino. Luis Napoleón Bonaparte,
sobrino de Napoleón I Bonaparte, fue elegido presidente por mayoría,
mientras que las elecciones parlamentarias dieron la victoria a los
monárquicos, contrarios a la República y temerosos de Luis Napoleón,
una combinación que dificultaba la estabilidad del gobierno. Los
republicanos radicales, que consiguieron un tercio de los escaños,
alarmaron a los grandes y pequeños propietarios cuando hablaron de
conseguir el control del gobierno en 1852, año en que se celebrarían las
siguientes elecciones presidenciales y parlamentarias. Luis Napoleón,
presentándose como el salvador de la sociedad frente a una revolución
radical, tomó el poder en un golpe de Estado el 2 de diciembre de 1851 y
otorgó a Francia una nueva Constitución. Un año después, restauró el
Imperio y asumió el título de Napoleón III (el hijo de Napoleón I,
Napoleón II, nunca reinó), emperador de los franceses. Hasta 1860, Napoleón III gobernó Francia como
dirigente autoritario, pero en 1860 comenzó a delegar su autoridad, de
forma voluntaria, en las cámaras legislativas. |