Francia

 

 

El fin del Antiguo Régimen

 

Cuando el gobierno quiso disolver la Asamblea por la fuerza en julio, el pueblo de París se rebeló, tomando la fortaleza real de La Bastilla, y obligó al rey a aceptar la formación de la Asamblea Nacional Constituyente. Una revolución campesina se extendió a través del territorio e impulsó a la inquieta Asamblea —en una única sesión que duró toda la noche del 4 al 5 de agosto— a abolir todos los privilegios feudales, la nobleza hereditaria y los títulos nobiliarios.

La Asamblea Nacional Constituyente, reunida desde 1789 hasta 1791, reorganizó la estructura institucional de Francia. Para acabar con la presión del problema financiero, confiscó las propiedades de la Iglesia y emitió papel moneda, usando las tierras confiscadas como fianza; reorganizó la Iglesia bajo la Constitución Civil del Clero, lo que suponía la creación de una Iglesia nacional francesa dirigida por el Estado; y estableció un nuevo sistema administrativo provincial y judicial, que modificó el control de la elección de los oficiales y jueces y puso fin al largo proceso de centralización. La Constitución adoptada en 1791 creó un gobierno parlamentario con una monarquía hereditaria y una asamblea elegida por sufragio restringido (a los ciudadanos que pagaban impuestos) e indirecto.

La monarquía constitucional duró solamente un año. Luis XVI no estaba dispuesto a desempeñar el papel que le otorgaba la Constitución; en julio de 1791 intentó huir del país, refugiarse en el extranjero y solicitar el apoyo de las restantes potencias absolutistas, pero fue detenido y arrestado. En abril de 1792, la Asamblea declaró la guerra a Austria y Prusia. Las iniciales derrotas y el temor a que austriacos y prusianos invadieran Francia, liberaran al monarca y acabaran con la revolución, proporcionaron la ocasión para terminar con la monarquía por la insurrección popular del 10 de agosto de 1792. Se eligió una nueva asamblea constituyente, la Convención Nacional, por sufragio universal masculino, que, en septiembre de 1792, estableció la I República francesa.