Estonia

 

 

Economía

 

En 1991 el producto nacional bruto (PNB) de Estonia era de 6.088 millones de dólares, equivalente a 3.830 dólares per cápita (estimación del Banco Mundial; precios de 1989-1991). La industria es el sector principal de la economía estona. Representa la mitad del total de la producción nacional y un tercio del empleo. La ingeniería y la metalurgia son las principales industrias, seguidas en importancia por la minería de esquistos bituminosos. Las industrias de procesado de esquistos producen gas y productos químicos artificiales. Otras manufacturas son cemento, textiles (algodón, lino y lana), componentes para automóviles y productos de cuero. La silvicultura produce material para papel, madera, contrachapados de madera e industrias del mueble.

La producción industrial depende en gran medida de un pequeño número de grandes empresas, la mayoría de las cuales se encuentran situadas en el norte. Un quinto de todas las fábricas representan dos tercios de la producción industrial total. La ruptura de relaciones comerciales con las antiguas repúblicas soviéticas ha dado lugar a una caída del 30% de la producción industrial en 1992. Se han extendido en gran manera el contrabando y la reventa a menores precios de materias primas procedentes de Rusia. La agricultura y silvicultura juntas representan el 15% del total del producto nacional bruto (PNB) y un octavo del empleo total. Las actividades agrarias se centran en la cría de ganado y la elaboración de productos lácteos. Los principales cultivos son avena, patatas (papas) y lino.

A principios de la década de 1990 Rusia puso a prueba la independencia económica estona con los precios que solicitó por la energía. Estonia depende de Rusia para completar cerca de la mitad de sus necesidades energéticas, una proporción menor que la de los otros Estados bálticos, Lituania y Letonia. No obstante, la economía del país sufrió mucho a causa de la demanda rusa de que los cargamentos de crudo fueran pagados a precios mundiales, lo que provocó el cierre de algunas grandes fábricas. A su vez, Estonia siguió el ejemplo ruso y en 1992 obligó a pagar la electricidad a Letonia y Lituania en divisas.

Estonia fue la primera de las antiguas repúblicas soviéticas en emitir su propia moneda, el kroon (corona), que comenzó a circular en 1992, el cual está respaldado por el oro, incluyendo reservas que han guardado para Estonia durante más de cinco décadas Gran Bretaña, Suecia y Francia, cuando la república formaba parte de la URSS. En 1995, el cambio por un dólar era de 12 kroons.

Hay propuestas para la construcción de un gaseoducto desde Noruega hasta Estonia, que cruzaría Suecia y Finlandia. Desde la independencia, se ha producido un gran auge en su comercio con Europa Occidental. En 1991, más del 90% de su comercio se llevaba a cabo con la Unión Soviética y con los países socialistas. Tres años después, más del 60% de su comercio tenía lugar con países de la Unión Europea.