China |
El Guomindang y el ascenso del Partido Comunista
Tras ser sofocado, siguió un periodo de examen y reajuste, desde el cual surgieron dos objetivos claros: deshacerse del imperialismo que se cernía sobre China y restablecer la unidad nacional. Los chinos estaban desilusionados por el cínico interés de los poderes imperialistas occidentales y se fueron acercando progresivamente al pensamiento marxista-leninista y a la Unión Soviética. El Partido Comunista chino se fundó en Shanghai en 1921, contando entre sus primeros miembros con Mao Zedong. En 1923 Sun Yat-sen aceptó el consejo soviético para reorganizar un Guomindang en proceso de desintegración, y fortalecer sus débiles fuerzas militares. Al mismo tiempo aceptó el ingreso de comunistas en el Guomindang. Los principios ideológicos de Sun (nacionalismo, democracia y socialismo) estaban íntimamente relacionados con un espíritu antiimperialista y la defensa de la unificación nacional. A pesar de la muerte de Sun en 1925, el rejuvenecido Guomindang, bajo el mandato del joven general Jiang Jieshi, lanzó una expedición militar en 1926 desde su base de Cantón. Jiang buscaba reunificar China bajo el mandato del Guomindang y liberar al país del imperialismo y de la fuerza de los jefes militares provinciales (los llamados señores de la guerra). No obstante, antes de que el Guomindang completara la reunificación territorial de China ya en 1928, Jiang llevó a cabo una cruenta purga de los miembros comunistas del partido, y desde entonces confió en el apoyo de las clases propietarias y de las potencias extranjeras. Los
problemas de Chiang El nuevo gobierno nacional que el Guomindang
estableció en Nanjing en 1928 se encontró con tres problemas de gran
magnitud. Primero, Jiang en realidad sólo tenía bajo su control cinco
provincias, pues el resto del país aún estaba gobernado por jefes
militares locales. Segundo, hacia comienzos de la década de 1930 se
encontró con una rebelión interna comunista. Los comunistas chinos,
después la purga del Guomindang en 1927 se dividieron en dos facciones y
pasaron a la clandestinidad. Uno de los dos grupos intentó fomentar los
levantamientos urbanos; el otro, dirigido por Mao Zedong, tomó la zona
rural de la China central, donde movilizó a los campesinos, formó un
ejército con ellos y estableció algunas comunas siguiendo el modelo
soviético. La primera facción se unió finalmente a Mao en la China
central. El tercer problema del nuevo gobierno Jiang fue la agresión
japonesa en Manchuria y el norte de China. Durante la década de 1920 Japón había moderado su política respecto a China. En la Conferencia Naval de Washington de 1922, había aceptado devolver las antiguas posesiones alemanas en Shandong. Desde 1928, sin embargo, el nacionalismo militante del Guomindang chocó con los intereses imperialistas japoneses interesados en el control del ferrocarril del sur de Manchuria. El 18 de septiembre de 1931, los japoneses se valieron de un presunto bombardeo nacionalista del ferrocarril para extender su control militar sobre toda Manchuria. La primavera siguiente los japoneses transformaron las tres provincias de Manchuria en el nuevo Estado de Manchukuo y posteriormente convirtieron a Puyi, el último gobernante de la dinastía manchú, en su emperador. A comienzos de 1933 la zona oriental de Mongolia Interior fue incorporada al Manchukuo. Hacia mediados de 1933, Japón había conseguido de China un acuerdo para la desmilitarización del noreste de Hebei. El
incidente Sian Mientras se ocupaba de estos tres problemas durante la
década de 1930, Jiang Jieshi negoció con los jefes militares locales y
contemporizó con los japoneses, dando prioridad a la supresión de la
rebelión comunista. A finales de 1934, consiguió desalojar al Ejército
Rojo de su base de China central, pero los comunistas se desplazaron hacia
el oeste y después al norte en la denominada Larga Marcha, que terminó
en Yan’an, en la provincia de Shaanxi; hacia 1936 habían establecido
una nueva base en el noroeste. Mientras se intensificaba la agresión de
los japoneses, aumentó la presión popular para que los chinos pusieran
fin a las luchas internas y se unieran contra Japón. Sin embargo, Jiang
resistió hasta finales de 1936, en que fue secuestrado por uno de sus
propios generales. Durante su periodo de cautiverio en Xi’an fue
visitado por el propio dirigente comunista, con quien acordó la adopción
de una política común contra Japón. Cuando fue liberado moderó su
postura anticomunista y en 1937 se formó un frente unido del Guomindang y
los comunistas contra los japoneses. |