Argentina |
La decada infame La crisis económica mundial que estalló en 1929 tuvo
serias repercusiones en la Argentina. El desempleo y otras dificultades
provocaron una profunda inquietud social y política que llevó a que en
septiembre de 1930, a dos años de que comenzara la segunda presidencia de
Yrigoyen, los conservadores, aliados con los militares y dirigidos por José
Félix Uriburu, dieran un golpe militar que interrumpió, por primera vez
desde 1853, la continuidad constitucional argentina, poniendo a la
oligarquía nuevamente en el poder. Este periodo, conocido como la ‘Década Infame’ (aunque
otros autores prefieren emplear la expresión, mucho más aséptica, de
‘Restauración Conservadora’), caracterizado por el fraude electoral y
la corrupción. Las condiciones económicas mejoraron durante el mandato
del general Agustín Pedro Justo, aunque se intensificó la agitación política,
que culminó con fallidas rebeliones de la Unión Cívica Radical en 1933
y 1934. En mayo de 1936, en los comicios presidenciales convocados para
renovar el cargo, resultaron electos Roberto María Ortiz como presidente
y Ramón Castillo como vicepresidente, gracias al fraude electoral
generalizado. Sin embargo, Ortiz tomó fuertes medidas para fortalecer la
democracia: se reprimieron actividades subversivas de los agentes alemanes,
que se habían incrementado tras la victoria del nacionalsocialismo en
Alemania, y la corrupta maquinaria electoral del país fue desarticulada.
Al estallar la II Guerra Mundial, Ortiz decidió mantener la posición
neutral que Argentina había tomado durante la Gran Guerra. |