Revolución Francesa |
La lucha por la libertad Los ejércitos austriacos obtuvieron varias
victorias en los Países Bajos austriacos gracias a ciertos errores del
alto mando francés, formado mayoritariamente por monárquicos. La
posterior invasión de Francia provocó importantes desórdenes en París.
El gabinete de Roland cayó el 13 de junio, y la intranquilidad de la
población se canalizó en un asalto a las Tullerías, la residencia de la
familia real, una semana después. La Asamblea Legislativa declaró el
estado de excepción el 11 de julio, después de que Cerdeña y Prusia se
unieran a la guerra contra Francia.. Se enviaron fuerzas de reserva para
aliviar la difícil situación en el frente, y se solicitaron voluntarios
de todo el país en la capital. Cuando los refuerzos procedentes de
Marsella llegaron a París, iban cantando un himno patriótico conocido
desde entonces como La Marsellesa. El descontento popular provocado
por la gestión de los girondinos, que habían expresado su apoyo a la
monarquía y habían rechazado la acusación de deserción presentada
contra La Fayette, hizo aumentar la tensión. El malestar social, unido al
efecto que generó el manifiesto del comandante aliado, Charles William de
Ferdinand, duque de Brunswick, en el que amenazaba con destruir la capital
si la familia real era maltratada, provocó una insurrección en París el
10 de agosto. Los insurgentes, dirigidos por elementos radicales de la
capital y voluntarios nacionales que se dirigían al frente, asaltaron las
Tullerías y asesinaron a la Guardia suiza del rey. Luis XVI y su familia
se refugiaron en la cercana sala de reuniones de la Asamblea Legislativa,
que no tardó en suspender en sus funciones al monarca y ponerle bajo
arresto. A su vez, los insurrectos derrocaron al consejo de gobierno
parisino, que fue reemplazado por un nuevo consejo ejecutivo provisional,
la denominada Comuna de París. Los montagnards, liderados por el
abogado Georges Jacques Danton, dominaron el nuevo gobierno parisino y
pronto se hicieron con el control de la Asamblea Legislativa. Esta cámara
aprobó la celebración de elecciones en un breve plazo con vistas a la
constitución de una nueva Convención Nacional, en la que tendrían
derecho a voto todos los ciudadanos varones. Entre el 2 y el 7 de
septiembre, más de mil monárquicos y presuntos traidores apresados en
diversos lugares de Francia, fueron sometidos a juicio y ejecutados. Los
elementos desencadenantes de las denominadas 'Matanzas de Septiembre'
fueron el temor de la población al avance de los ejércitos aliados
contra Francia y los rumores sobre conspiraciones para derrocar al
gobierno revolucionario. Un ejército francés, dirigido por el general
Charles François Dumouriez, obtuvo una importante victoria en la batalla
de Valmy frente a las tropas prusianas que avanzaban hacia París el 20 de
septiembre. Un día después de la victoria de Valmy se
reunió en París la Convención Nacional recién elegida. La primera
decisión oficial adoptada por esta cámara fue la abolición de la
monarquía y la proclamación de la I República. El consenso entre los
principales grupos integrantes de la Convención no fue más allá de la
aprobación de estas medidas iniciales. Sin embargo, ninguna facción se
opuso al decreto presentado por los girondinos y promulgado el 19 de
noviembre, por el cual Francia se comprometía a apoyar a todos los
pueblos oprimidos de Europa. Las noticias que llegaban del frente
semanalmente eran alentadoras: las tropas francesas habían pasado al
ataque después de la batalla de Valmy y habían conquistado Maguncia,
Frankfurt del Main, Niza, Saboya y los Países Bajos austriacos. Sin
embargo, las disensiones se habían intensificado seriamente en el seno de
la convención, donde el Llano dudaba entre conceder su apoyo a los
conservadores girondinos o a los radicales montagnards. La primera
gran prueba de fuerza se decidió en favor de estos últimos, que
solicitaban que la Convención juzgara al rey por el cargo de traición y
consiguieron que su propuesta fuera aprobada por mayoría. El monarca fue
declarado culpable de la acusación imputada con el voto casi unánime de
la Cámara el 15 de enero de 1793, pero no se produjo el mismo acuerdo al
día siguiente, cuando había de decidirse la pena del acusado. Finalmente
el rey fue condenado a muerte por 387 votos a favor frente a 334 votos en
contra. Luis XVI fue guillotinado el 21 de enero. La influencia de los girondinos en la
Convención Nacional disminuyó enormemente tras la ejecución del rey. La
falta de unidad mostrada por el grupo durante el juicio había dañado
irreparablemente su prestigio nacional, bastante mermado desde hacía
tiempo entre la población de París, más favorable a las tendencias
jacobinas. Otro factor que determinó la caída girondina fueron las
derrotas sufridas por los ejércitos franceses tras declarar la guerra a
Gran Bretaña, las Provincias Unidas (actuales Países Bajos) el 1 de
febrero de 1793, y a España el 7 de marzo, que se habían unido a la
Primera Coalición contra Francia. Las propuestas de los jacobinos para
fortalecer al gobierno ante las cruciales luchas a las que Francia debería
enfrentarse desde ese momento fueron firmemente rechazadas por los
girondinos. No obstante, a comienzos de marzo, la Convención votó a
favor del reclutamiento de 300.000 hombres y envió comisionados
especiales a varios departamentos para organizar la leva. Los sectores
clericales y monárquicos enemigos de la Revolución incitaron a la rebelión
a los campesinos de La Vendée, contrarios a tal medida. La guerra civil
no tardó en extenderse a los departamentos vecinos. Los austriacos
derrotaron al ejército de Dumouriez en Neerwinden el 18 de marzo, y éste
desertó al enemigo. La huida del jefe del ejército, la guerra civil y el
avance de las fuerzas enemigas a través de las fronteras de Francia
provocó en la Convención una crisis entre los girondinos y los montagnards,
en la que estos últimos pusieron de relieve la necesidad de emprender una
acción contundente en defensa de la Revolución.
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