Los Incas |
Practicas religiosas Los
sacrificios eran parte esencial de las practicas religiosas incaicas. Las
grandes ocasiones requerían sacrificios animales o humanos, pero lo más
casual era que consistieran en ofrendas de flores, bebidas, o vestidos que
eran arrojados al fuego sagrado. También como ofrenda estaba la coca.
Esta no solo se ofrendaba a los dioses, sino que también la tomaban los
sacerdotes en determinadas ceremonias, la cual les provocaba visiones. Los
sacrificios a seres humanos sucedían solamente en épocas de terribles
dificultades. Aquellos que eran elegidos, para ser sacrificados se
consideraban altamente honrados; tal honor recaía por lo general sobre
los niños y jóvenes mas hermosos, de cualquiera de los dos sexos, y la víctima
marchaba al sacrificio esperando una vida placentera en el otro mundo. Los
sacerdotes. El sumo sacerdote del sol, el Villac
umu, vivía en el Cuzco. Siempre era un hermano o tío del emperador.
Contaba con un consejo de nueve sacerdotes provenientes de distintas
regiones del imperio que le ayudaban en sus tareas. Los
sacerdotes más importantes eran nobles. Los de menor jerarquía eran
campesinos que, por ser ancianos, no trabajaban en los campos. Los
sacerdotes cuidaban los objetos sagrados, celebraban las ceremonias
religiosas, hacían sacrificios, interpretaban los mensajes de los dioses
y curaban a los enfermos. También escuchaban confesiones. Los incas
pensaban que los pecados de los hombres ofendían a los dioses quienes
como castigo, enviaban desgracias a la tierra. Creían que no confesarse,
o confesar solo parte de los pecados, era algo sumamente grave que enojaba
mucho a los dioses. Los
incas consideraban sagrados mucho lugares y objetos, que se conocían con
el nombre de huacas. Una huca
podía ser casi cualquier cosa, un templo, una colina o una piedra. Cada
una tenia su propio espíritu, amistoso o enemigo, al cual había que
mantener de buen humor mediante ofrendas, generalmente de maíz o de
chicha. Los
ritos funerarios eran también muy importantes, pues los incas creían en
la supervivencia tras la muerte. Al dios sol, Inti, dedicaron los incas
sus principales templos.
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