Los Incas |
Arte
Las
facultades artísticas de los peruanos se manifestaron principalmente en
la orfebrería, en la cerámica y en el tejido. Algunas veces se valieron
de pinturas para recordar los hecho pasados, pero en su forma muy
rudimentaria. No
cultivaron la escultura y muy poco el modelado y el relieve. Arquitectura.
Sencillez, simetría y solidez eran las notas características en la
arqiu8tectura peruana; no conocían el arco ni la columna, los tachos eran
de madera o de paja y su construcción primitiva no correspondía al
avance que denotan los muros. Tanto
como los diestros albañiles que trabajan en las grandes obras publicas,
eran artesanos que se dedicaban exclusivamente a su tarea, para lo cual
recibían una subvención del estado. Los arquitectos no utilizaban planos
como los actuales, dibujados en papel, sino que hacían modelos de la obra
en arcilla o piedra, que servían de guía para los trabajadores. Los
edificios públicos se levantaban con el trabajo de todos aquellos que debían
cumplir su mita, el impuesto de trabajo que le “pagaban” al emperador. Estos
hábiles artesanos contaban con muy pocos instrumentos. Probablemente usarían
plomadas (una cuerda con un peso en uno de os extremos, que se utiliza
para construir los muros en el ángulo correcto); además contarían con
otros instrumentos para la verificación de los niveles y para medir los
ángulos y las distancias. Solo usaban unas pocas herramientas, muy
simples, hechas con madera, piedra y bronce; con esas herramientas
cortaron y movieron colosales bloques de piedras, algunos de los cuales
pesaban 100 toneladas o más. Cada uno de esos enormes bloques eran
cortados en la cantera y luego llevados al sitio donde se iniciaría la
construcción. Entonces,
un gran numera de hombres muy bien organizados, valiéndose de sogas,
rodillos de madera y rampas. Luego los cortaban hasta lograr que encajaran
perfectamente en os lugares correspondientes. Después emparejaban las
superficies, pero no las decoraban. No
utilizan ningún tipo de mezcla o argamasa para unir los bloques unos con
otros; sin embargo, conseguían que encajaran en su lugar con tanta
precisión, que ni siquiera la delgada hoja de un cuchillo podía penetrar
entra bloque y bloque. Los edificios incaicos que deliberadamente no
fueron destruidos por los españoles, aun subsisten a pesar de los
terremotos que suelen propagar temblores en toda la región. La
poca elegancia exterior de los palacios era compensada por el lujo
interior, resplandecientes de oro y telas muy finas. El templo del sol era
notable por una cinta de oro y un palmo y medio de ancho que rodeaba toda
la parte exterior del edificio, por sus puertas chapadas de oro, por un
jardín en el que habían plantas de oro y por la profusión de oro en
vasos y ornamentos. Generalmente
se construían casas de un solo piso, con gruesos muros de pórfido o
granito muy resistente; no se comunicaban las habitaciones unas con otras
y todas daban a un patio común. En
las ciudades y aldeas, los edificios públicos más importantes y los
templos se construían al rededor de una plaza central, y de ella partían
las demás edificaciones alineándose a lo largo de calles muy angostas;
luego se llegaba a los suburbios, donde se levantaban las casas del
pueblo. Los suministros de agua, tanto en los pueblos como en las ciudades
estaban organizados con mucho esmero. El agua corría por canales
cubiertos revestidos con piedras e iba desde los arroyos más cercanos
hasta las casas de cada poblado. Los palacios del emperador eran muy
grandes, con muchas habitaciones que se agrupaban al rededor del patio. En
el Cuzco se construía un palacio para cada emperador, pero además había
un gran numero de palacios reales diseminados por el imperio.
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