René Descartes

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Filósofo francés, creador del racionalismo* y uno de los padres de la filosofía moderna. Educado por los jesuitas, estudió jurisprudencia, ingresó en el ejército y luego se retiró a vivir a Holanda, donde permaneció desde 1628 a 1649. Posteriormente fue invitado por Cristina de Suecia a su corte, donde falleció. Su obra abarca múltiples campos: matemáticas, filosofía, física, medicina, etc. En matemáticas creó el álgebra de los polinomios y, en colaboración con Fermat, la geometría analítica; en óptica enunció las leyes geométricas de la reflexión y la refracción. Pero sus mayores aportaciones las hizo en el campo de la filosofía. Sirviéndose del método de análisis de las matemáticas, intentó construir una filosofía en la que no hubiera posibilidad de error, para lo cual adoptó como método la duda permanente. Rechazó, así, todo aquello que podía considerarse dudoso para al final advertir que la única verdad irrefutable era el propio hecho de dudar («Cogito ergo sum», pienso luego existo), construyendo sobre este axioma todo su pensamiento. El método de Descartes, o método cartesiano, ha tenido una gran repercusión en el desarrollo del pensamiento humano. Sus principales obras son Reglas para la dirección de la mente (h. 1628, pero publicada en 1701), Discurso del método (1637), Meditaciones metafísicas (1641), Principios de la filosofía (1644), Pasiones del alma (1649) y El mundo o tratado de la luz (1664).

La primera doctrina filosófica de carácter materialista que surgió en la historia del pensamiento occidental fue el atomismo* griego de Demócrito, Epicuro y Leucipo, que sostenía, frente al idealismo platónico, que la realidad está compuesta de átomos, partículas indivisibles, de diferentes formas, de cuya combinación surge la naturaleza material. Esta doctrina conoció un nuevo auge durante el renacimiento italiano, pero la base del materialismo moderno se encuentra en la obra de Descartes* y en su división de la realidad en dos  grandes categorías: la realidad pensante (res-cogitans) y la realidad no pensante (res-extensa). A partir de esta clasificación, todas las corrientes de pensamiento que afirmaban la sola existencia del primero de los principios se denominaron espiritualistas, mientras que las que afirmaban la sola existencia del segundo (al que Descartes atribuyó las características de espacialidad, movimiento, divisibilidad y figura) se denominaron materialistas.


Para Descartes y Spinoza, la esencia se diferencia de la sustancia: la esencia es lo posible, mientras que la sustancia es lo real. La creación hace pasar a la existencia las esencias pensadas por el entendimiento divino. En la filosofía moderna la esencia se opone a la apariencia o fenómeno, que es la mera representación de una cosa, mientras que la esencia es la cosa en sí; para Kant, nunca se conoce la esencia, sino los fenómenos. Por su parte, el existencialismo critica la filosofía  esencialista, centrada en las esencias universales que se repiten invariablemente en todos los individuos de una especie, y traslada la investigación filosófica a la existencia concreta y singular de los seres y, en especial, del hombre.

Para Descartes, la existencia del yo que piensa es el primer paso para salir de la duda metódica con que inicia su reflexión filosófica. Según Berkeley, la existencia de la realidad está en la mente del sujeto, el ser de lo que llamamos mundo real se reduce a ser percibido. Del mismo modo, para Hume no hay diferencia entre concebir algo y concebir su existencia. El pensamiento de Hume influye grandemente en Kant y en el idealismo. Por su parte, la corriente existencialista aborda la cuestión de la existencia como el «estar ahí» concreto y singular del hombre, único ser que ha de realizarse a sí mismo.