De los escritores latinoamericanos contemporáneos, Mario Benedetti es quizás el más prolífero. Su producción alcanza, hasta el momento, más de cincuenta libros, que fácilmente aumentarían si se reuniera la totalidad de sus numerosos artículos publicados en revistas y diarios de América Latina y Europa. Estos títulos abarcan todos los géneros, desde la poesía hasta el ensayo, pasando por el cuento, la novela, el teatro, la canción, el humor, el testimonio, la polémica, además de ser antologador de varios volúmenes de poesías y narrativa latinoamericana. Como apuntó un periodista, a Benedetti sólo "le falta nada más que la ópera"

Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó, Uruguay, pero su familia se trasladó a Montevideo cuando sólo tenía cuatro años. De ahí es que se sienta "absolutamente motevideano". No es de extrañar, entonces, que el espacio privilegiado de su obra de ficción sea Montevideo, y que sus habitantes sean los personajes que lo habitan. La literatura ciudadana es, por lo tanto, el medio que tiene Benedetti para comunicarse con sus lectores que, en la actualidad, no son sólo los hispanoparlantes, sino también de otras lenguas por las abundantes traducciones de sus obras.Sus estudios primarios los hizo en el Colegio Alemán de Montevideo, donde comenzó a escribir poemas y cuentos. Debido a la inestabilidad económica familiar, pronto tuvo que trabajar, de manera que sólo pudo completar sus estudios secundarios como alumno libre. Ese contacto tan temprano con el trabajo, le permitió conocer a fondo una de las constantes que registra su literatura: el mundo gris de las oficinas montevideanas. Pero no lo abrumó; siguió escribiendo, y leyendo: Maupassant, Chejov y Horacio Quiroga, primero; luego Faulkner, Hemingway, Joyce, Henry James Proust, Virginia Woolf, Italo Svevo. Más tarde literatura uruguaya y latinoamericana, además de textos políticos.En 1938 se trasladó a Buenos Aires. Allí vivirá un largo tiempo trabajando como taquígrafo en una editorial. Años después, en 1984, recordará: "Volver a la Argentina, después de ocho años, ha sido muy estimulante. Al segundo día fui, como cumpliendo un rito, a la Plaza San Martín, a donde iba en mi adolescencia a leer. Allí decidí ser escritor, y empecé a escribir mi primer libro de poemas que ahora lo tengo olvidado, o que trato de olvidar, porque era muy malo". Ese poemario es La víspera indeleble, que publicó en 1945, y nunca reeditado. En 1946 Benedetti se casó con Luz López Alegre. Treinta años después evocará esa duradera relación en el poema "Bodas de Perlas", recogido de La casa y el ladrillo (1977).De regreso a Montevideo, dirigió en 1948 la revista literaria Marginalia, que duró hasta el año siguiente, fecha en que pasa a formar parte del consejo de redacción de la revista Número, cuya primera etapa se extiende hasta 1955. Esta publicación es clave en la formación y desarrollo de la llamada "generación del 45" o "generación crítica", integrada entre otros, además de Benedetti, por Carlos Martínez Moreno, Mario Arregui, Ángel Rama, José Pedro Díaz, Armonía Somers, Idea Cilariño, Sarandy Cabrera, Ida Vitale, Carlos Maggiy Emir Rodríguez Monegal.También en 1949, Benedetti publicó su primer libro de cuentos, Esta mañana, que obtuvo el premio del Ministerio de Instrucción Pública. Este galardón lo obtendrá varias veces en distintos géneros, pero a partir de 1958 renunció sistemáticamente a estos premios por discrepancias con su reglamentación. En cuanto a la actividad cuentística de ese momento, Benedetti dirá años después: "No había practicamente ninguna posibilidad de publicar novelas en la época en que empezábamos a escribir los del cuarentaicinco. En cambio, era posible publicar cuentos en revistas, en los suplementos literarios de los diarios. Y eso tuvo influencia. A tal punto que cuando empezó a haber editoriales, empezó a haber novelistas".En 1953 apareció su primera novela, Quién de nosotros. Entre 1954 y 1960 ocupó tres veces la dirección literaria de Marcha, el semanario más influyente de la vida política y cultural del Uruguay y uno de los más importantes de América Latina. Fue clausurado en noviembre de 1974, después de sufrir numerosas suspensiones tras el golpe de estado de 1973. A la memoria de su fundador y director, Carlos Quijano, Benedetti dedicó el libro El desexilio y otras conjeturas (1985), conjunto de crónicas aparecidas en el diario El País de Madrid.Con Poemas de la oficina, publicado en 1956, Benedetti impactó en el desarrollo de la poesía uruguaya al insertarse directamente en una temática considerada, hasta ese momento, como "no poética". Testimonió allí al burócrata de clase media y lo interpretó a cabalidad. A partir de ese libro se originó la creciente popularidad y difusión de la obra de Benedetti. Su forma sencilla, directa y coloquial tiene su origen en la admiración que sentía por la poesía de Baldomero Fernández Moreno y Antonio Machado. Como experiencia personal, recoge la actividad del propio Benedetti: cajero en una casa de repuestos de automóvil, funcionario público, tenedor de libros, taquígrafo en la Facultad de Química. Sólo a partir de 1969, Benedetti podrá vivir del periodismo y de sus libros.En 1957 viajó por primera vez a Europa. Dos años más tarde publicó otro libro clave en su producción, Montevideanos, excelente conjunto de cuentos que muestra su concepción urbana de la literatura, pero amplía el registro social y ahonda la visión que tiene del hombre común. También en 1959 viajó a Estados Unidos, hecho que lo conmueve porque "me muestra el verdadero rostro del imperialismo". En ese mismo año, a nivel continental se produce un acontecimiento que marcó no sólo a Mario Benedetti sino a todos los intelectuales latinoamericanos: la Revolución Cubana. Este hecho es fundamental para el desarrollo literario y político del escritor uruguayo. Como el mismo ha declarado, le hizo mirar a América Latina cuando la mayoría de los intelectuales vivían encandilado por lo europeo y también "me sirvió para comunicarme con mi país, para ver de una manera distinta el Uruguay, y frutos de eso son evidentemente ciertos cambios que se establecen en el orden literario". En 1966 visitó por primera vez Cuba y, entre 1968 y 1971, trabajó en la Casa de las Américas, institución cultural cubana.Dos libros fundamentales publicó Benedetti en 1960: la novela La tregua y los ensayos El país de la cola de paja. La primera representa la madurez literaria de lo que un crítico llamó "el primer Benedetti". En ella se funden orgánicamente ambiente, personajes y temas, además de ser un punto de ruptura donde los problemas individuales empiezan a enlazarse a los colectivos. Escrita en forma de diario, registra la visión de Martín Santomé sobre un Montevideo casi crepuscular, pero que aún, a través del amor hacia Laura Avellaneda, pareciera tener alguna esperanza que pudiera romper la rutina, la mediocridad, el vacío, la soledad. El segundo libro es la primera reflexión de Benedetti sobre el Uruguay oficial, por eso "estalló como un trueno en el limpio cielo montevideano". Ambos textos son a la vez denuncia y toma de conciencia frente a una sociedad en crisis, cuya manifestación extrema será el golpe de estado en 1973 y su dolorosa secuela.La actividad posterior de Mario Benedetti se multiplicó. A su intensa labor de escritor y periodista, se sumó una cada vez más activa participación política. En 1971 fue uno de los fundadores del Movimiento de Independientes 26 de marzo, que integrará más tarde el Frente Amplio. Pero esta alternativa en desarrollo será frustrada por la fuerza.Hasta el momento Benedetti ha publicado tres novelas más: Gracias por el fuego (1965), El cumpleaños de Juan Ángel (1971) y Primavera con una esquina rota(1982). En la primera profundiza su denuncia de la crisis que vive el país; en la segunda, escrita en verso, aborda directamente el tema político; la última, es la novela de la represión y del exilio. Tanto La tregua como Gracias por el fuego han sido llevadas al cine, ambas dirigidas por Sergio Renán, y han tenido una gran acogida del público. En Chile una versión teatral de Primavera... fue presentada por el grupo Ictus y tuvo más de un año en cartelera.

Más de diez años vivió Benedetti en el exilio, alejado de sus montevideanos. "Sin embargo, pienso que lo único positivo que hizo la dictadura uruguaya fue desparramar a mis motevideanos por todo el mundo, y seguí escribiendo sobre ellos en las distintas geografías del exilio", afirmó en una oprtunidad. Así lo hizo en Buenos Aires, Lima, La Habana y Madrid, sus ciudades de paso, pero que también dejan huellas. Como para otros uruguayos, para Mario Benedetti se inició la etapa del "desexilio".