Kennedy,
John Fitzgerald |
Crisis cubana de los misiles
En
otoño de 1962 comenzaron a circular rumores de que se estaban
construyendo en Cuba misiles nucleares soviéticos. En octubre, un
reconocimiento aéreo confirmó que se estaban instalando misiles de
alcance medio, por lo que el 22 de octubre el Presidente anunció su
intención de establecer el bloqueo naval alrededor de Cuba para evitar la
llegada de material soviético que pudiera hacer operativos los misiles y
exigió que la Unión Soviética desmantelara las bases descubiertas. Los
contactos entre Kruschov y Kennedy se desarrollaron a través de canales
diplomáticos. El 28 de octubre Kruschov accedió a las demandas
estadounidenses; Kennedy interrumpió el bloqueo y dio garantías de que
Estados Unidos no invadiría Cuba. La retirada soviética se consideró un
triunfo personal del Presidente.
La
política exterior de Kennedy tuvo mejores resultados en 1963. Durante un
triunfal viaje a Europa fue calurosamente recibido en Berlín Occidental,
donde prometió continuar su apoyo a la República Federal de Alemania. En
junio pronunció un innovador discurso de política exterior en el que pedía
el fin de la guerra fría. Las dos superpotencias acordaron establecer un
'teléfono rojo' entre Moscú y Washington, para facilitar la comunicación
inmediata en el caso de crisis que pudieran resultar fatales. En julio se
llegó a un acuerdo con la Unión Soviética y Gran Bretaña sobre un
tratado de prohibición de pruebas nucleares. Estos hechos se vieron empañados
por el empeoramiento de la situación en Vietnam del Sur, donde Kennedy
había enviado 17.000 soldados estadounidenses en ayuda de un régimen
inestable acosado por la corrupción y una creciente insurgencia comunista.
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