Gutiérre de Cetina


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Gran poeta español. 1520-¿1557? Nació en Sevilla, de familia noble y bien acomodada. Siguió la carrera militar y estuvo en Italia y Alemania, dedicado tanto a pelear como a amar y a poetizar. Sus amigos más queridos fueron don Diego Hurtado de Mendoza, el príncipe Ascoli, la princesa Molfeta, Jorge de Montemayor, Jerónimo de Urrea y la condesa Laura Gonzaga pero, según nos cuenta Pacheco, "llamándole su divino ingenio, se volvió a su patria, a la quietud de las musas". Partió en 1547 para México, llamado por uno de sus hermanos, compañero directo de Hernán Cortés. En Puebla de los Angeles (México), y en 1554, fue gravemente herido por Hernando de Nava al pie de las ventanas de doña Leonor de Osma. En 1557 ya había muerto.

Francisco Pacheco, en su Libro de retratos, le llama "poeta lírico, de maravilloso ingenio e invención, de grande elegancia y suavidad, de mucha agudeza y soltura en el lenguaje" Todas las poesías de Cetina han sido recogidas e impresas--Sevilla, 1895--por don Joaquín Hazañas. Y son: cinco madrigales, doscientos curenta y cuatro sonetos, once canciones, nueve estancias, diecisiete epístolas, una sextina y una oda. Delicado y armonioso. Cetina ha sido considerado siempre como el poeta del amor. Rico de fantasía y de bellos pensamientos, apenas cabe imputarle cierta difusión prosáica. Sus modelos son Petrarca, Ausías March y Garcilaso de la Vega. De sus madrigales, es famosísimo y está recogido en todas las antología el que empieza...

Ojos claros, serenos,
Si de un dulce mirar sois alabados,
¿Por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
Más bellos parecéis a aquél que os mira,
No me miréis con ira,
Porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
Ya que así me miráis, miradme al menos.

...cuyos antecedentes pudieran ser ciertos romances, como aquel citado por Cejador:

Aunque con semblante airado
me miréis, ojos serenos,
no me negaréis, al menos,
ojos, que me habéis mirado.

Y en otros dos que recoge Cossío del Cancionero de Brudieu:

Ojos claros y serenos,
caros me costáis si os vi,
pues para todos sóis buenos
y tan malos para mí.

Herrera lamentó la falta de espíritu, brío y vigor de sus sonetos, aun cuando reconocía en ellos la precisión y elegancia del lenguaje, la ternura y los afectos. La temática es, indiscutiblemente, mucho menos amplia y diversa que en Garcilaso. Todas las canciones son amorosas, y en su mayoría están inspiradas en Petrarca, siendo alguna, como la quinta, una muy bella traducción de Ariosto. Donde se revela un Cetina con mayor soltura, naturalidad más sugestiva, mayor dominio de la versificación y una gracia personal ajena por completo a las pretensiones horacianas, es en las epístolas, escritas en tercetos, de carácter autobiográfico, y dirigidas a los amigos que hemos mencionado.

La poesía de Gutiérre de Cetina, influída decisivamente en los temas y en los metros por la italiana, se logró con delicadeza y musicalidad sumas en canciones, letrillas, sonetos y madrigales; en la composición de estos últimos no tuvo rival entre los poetas de su época. Cetina fue el poeta del amor. Rica fantasía, bellos pensamientos, fluidez y cierta difusión, son sus principales virtudes.