El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

"NOTAS DEL CAPITULO"

De lo que más: 'Sobre lo restante que'. El epígrafe del capítulo no tiene nada que ver con la materia novelesca en él referida, pues si la aventura del vizcaíno se remató en el anterior, la de los yangüeses no se contará hasta el XV. No debe extrañar, por ello, que desde la ed. de la RAE varios editores (también RM) hayan preferido cambiarlo por: De los graciosos razonamientos que pasaron entre don Quijote y Sancho Panza, su escudero. LM, haciéndose eco de exégesis anteriores (Stagg), resume bien el problema y sus implicaciones: "Se trata probablemente de un descuido de Cervantes, pero descuido revelador, ya que indica la posibilidad de que en una primera redacción viniera tras la aventura del vizcaíno la de los yangüeses. El episodio, o interludio pastoril, de Grisóstomo y Marcela, c. 11-14, se hubiese [sic] interpolado posteriormente. Por tanto, puede suponerse que la división en Partes se le ocurrió a Cervantes después de haber escrito el relato de las aventuras del vizcaíno y de los yangüeses o gallegos y que habiendo interpolado el episodio pastoril entre esas dos aventuras, y considerando a éste como la unidad de la «Segunda Parte», se le olvidó cambiar el epígrafe original. Se ha especulado sobre una posible versión o redacción primitiva de Cervantes". También es posible, como sostiene AA, que Cervantes alterase el orden de ciertos episodios al corregir la obra una vez escrita. En fin, a lo abrupto de las transiciones entre caps. que veníamos viendo hasta ahora (I-IV, n. 1 y VII, n. 1), y que apuntan hacia un Quijote primitivo (V, n. 2), se sumarán desde ahora desajustes como el presente, agravados sensiblemente por los relatos intercalados.



algo maltratado: se atenúe como se quiera, la inconsecuencia es patente si recordamos cómo quedó Sancho en I-VIII: "[...] sin dejarle pelo en las barbas, le molieron a coces y le dejaron tendido en el suelo, sin aliento ni sentido" (85).



más adelante: 'más todavía, algo más'.



la falda de la loriga: 'las mallas de la loriga que colgaban por debajo del arnés'. "Loriga. Armadura del cuerpo, hecha de láminas de acero, que por otro nombre llaman corazas" (Tesoro).



a paso tirado: 'con paso largo y rápido, deprisa'; comp.: "volviendo las riendas, a paso tirado se desvió de todos" (G, II, 260).



...iglesia: porque los delincuentes y malhechores se refugiaban en las iglesias (Git., 490, n. 191; CE, 703, n. 3; CP, 956; etc.) -se acogían a sagrado-, amparándose en su derecho de asilo, para evadir a la justicia. "Acogerse a la Iglesia. Frase tomada de los delincuentes y malhechores, que se refugian a la Iglesia" (Autoridades).



Santa Hermandad: era la policía rural, creada por los Reyes Católicos, con tribunal propio, cuyos "cuadrilleros" voluntarios velaban por la seguridad en los campos y caminos. La Santa Hermandad tiene que ver con los que pelean en el campo, dirá Sancho enseguida. Y, en concreto, se trata de una de las tres "Hermandades viejas", la de Ciudad Real (las otras dos eran las de Toledo y Talavera), en cuya jurisdicción se incluía, además de la Mancha, Sierra Morena, donde después se ocultarán nuestros héroes.



sudar el hopo: 'sudar el pelo' ('las pasaremos canutas'). "Sudar el hopo. Frase vulgar con que se da a entender que alguna cosa es en sí tan dificultosa y penosa que costará mucho trabajo y fatiga antes de conseguirla o ejecutarla" (Autoridades). "Asgamos la ocasión por el harapo, / por el hopo o copete, como dicen" (RD, I, vv. 696-97, 308).



omecillos: 'rencores'. Lógicamente, Sancho asocia el cultismo homicidios con el término antiguo y rústico homecillo: "Vocablo castellano antiguo que, no embargante se haya dicho de homicidio, muchas veces sinifica tan solamente enemistad, quistión, contienda, riña" (Tesoro; y "omecillo: mala voluntad y aborrecimiento de muerte"). El pastor del cuento que refiere Sancho en I-XX convertirá su amor en "omecillo y mala voluntad" (187, n. 29).



caté: 'guardé, tuve, sentí [omecillo]'.



te sacaré ...caldeos: 'te sacaré de apuros, te libraré de cualquier prisión', en alusión bíblica (Jeremías, XXXII-IV).



ungüento blanco: por su color, pues el medicamento se hacía con cera, albayalde ('sustancia alcalina extraída del plomo' [vid. RC, 583, n. 174]) y aceite rosado.



bálsamo de Fierabrás: aunque a Sancho lo pondrá al borde de la muerte (I-XVII), se trata de un brebaje milagroso -seguramente no tanto como dice más abajo don Quijote-, procedente del bálsamo con que fue embalsamado Jesucristo y capaz de sanar las heridas de quien lo bebía, que Cervantes aprovecha para aportar una faceta más a sus afanes paródicos del mundo literario caballeresco. En este caso, quizás se apunte contra la Historia del emperador Carlomagno (Sevilla, 1525), traducción de una adaptación en prosa del viejo cantar de gesta carolingio Fierabrás (c. 1170). Por otro lado, Cervantes parece haber encarrilado ya su "historia" para algo más de "dos horas", pues en el presente capítulo introduce dos elementos básicos de su parodia caballeresca: el bálsamo de Fierabrás y, enseguida, el yelmo de Mambrino, a los que tanto partido novelesco les sacará después.



sotileza: así desde P2, aunque P dice sotiliza, que no mantenemos (sí MR, CL, LM, VG, etc.) por considerarla errata, pues es forma extrañísima -por sutileza- en los textos de la época y nunca más utilizada por Cervantes.



tres azumbres: la burla es patente, pues, frente a las gotas o tragos anteriores, ahora don Quijote habla de hacer entre seis y siete litros (el azumbre equivalía a poco más de dos [RC, 585, n. 192]).



pensó: 'creyó, estuvo a punto de'.



más... escritos: porque -como anota RM-, cuando no se tenían a mano los Evangelios, se sustituían por algunas hojas con los primeros versículos, añadiendo está fórmula de juramento.



...Valdovinos: Vid. V, ns. 2-11. Según el romance, las cosas que no recuerda don Quijote (pero, curiosamente, sí Sancho, según dirá más abajo) son: "de nunca peynar mis canas / ni las mis barbas cortare, / de no vestir otras ropas / ni renovar mi calçare, / de no entrar en poblado / ni mis armas me quitare / [...] / de no comer a manteles / ni a la mesa me assentare / fasta matar a Carloto" (VG). En todo caso, son motivos -el no folgar incluido- frecuentes en el romancero. Vid. I-XXXI, n. 8.



tal y tan buena: recuérdese que era mitad morrión y mitad cartón (I-I, n. 30).



a humo de pajas: 'a la ligera, sin reflexión, a tontas y a locas'; "baldíamente, sin cuenta, ni razón ni orden", explica Correas (Refranes, 603a).



yelmo de Mambrino: es el yelmo encantado que Reinaldos de Montalbán arrebata, en el Orlando innamorato, al moro Mambrino, y que protege al héroe contra los golpes de Dardinel (no de Sacripante), quien después muere, en el Orlando furioso. El próximo cap. XXI girará en torno a este motivo, también tratado paródicamente.



más armados...: en ese caso, 'más de dos millones', pues de otros tantos constaba el ejército de Agricane cuando vino sobre el castillo del rey Galafrone del Catay para liberar a Angélica, según cuenta Boiardo en el Orlando innamorato (I-X y ss.).



prazga: 'plazga', en uso rústico.



y muérame yo luego: es el segundo v. de una cancioncilla tradicional: "Véante mis ojos / y muérame yo luego, / dulce amor mío / y lo que yo más quiero" (cfr. M. Frenk, Corpus de la antigua lírica popular hispánica (siglos XV a XVII), Madrid, Castalia, 1987, n°. 428 [y vid. 1385], 196).



Soliadisa: así P, quizás por alusión a tal infanta, que aparece en La historia del muy valiente y esforzado caballero Clamades, [...] y de la linda Clarmonda, hija del rey de Toscana (Burgos, 1562), aunque desde P2 se cambió (incluso RM y SB) por Sobradisa, reino que sí se menciona en el Amadís (I-XLII: "aquella gran cibdad que Sobradisa se llamava, donde todo el reino por esta causa tomava aquel nombre" [Cacho, I, 631] de él era natural Briolanja). No es, ni mucho menos, enmienda segura, lo que explica que respeten P casi todos los editores recientes (CL, MR, JA, LM, AA, VG, JF, etc.).



porque vamos luego: 'para que vayamos enseguida'.



en flores: 'en cosas sin sustancia'. "Irse todo en flores, no haber cosa de sustancia" (Tesoro, s.u. floreo). En CAE se lee: "Finalmente, nuestra plática se pasó en flores [...], sin que llegase a coger el fruto que deseaba" (880). Recuérdese, sobre el Tirant, I-VI, n. 41.



acto posesivo: o positivo, según propone RM, es el 'hecho que prueba la nobleza y limpieza de una persona para el ejercicio de un cargo', como se desprende del propio texto.