El ratón de la corte y el ratón campesino |
Invitó el ratón de la corte a su primo del campo con mucha cortesía a un banquete de huesos de exquisitos pajarillos. Sirviendo como mantel un tapiz de Turquía, muy fácil es entender la vida regalada de los dos amigos. Pero algo turbó la fiesta
en el mejor momento: Cesó el ruido; se fue la gente y vuelven a la carga los ratones. Y dice el ratón de palacio: -- Terminemos el banquete. -- No. Basta -- responde el campesino --. Ven mañana a mi territorio, aunque no me ufano de dar festines de rey. Pero nadie me interrumpe, pudiendo comer tranquilo. ¡ Adiós pariente ! ¡Poco vale el placer cuando el temor lo amarga ! No te afanes por tesoros si ellos van a ser causa de tu desdicha.
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