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La
especificacion DVD-ROM
Pese a
que los lectores DVD-Vídeo y DVD-Audio son, a priori, muy interesantes,
vamos a centrarnos en los lectores DVD-ROM, más acordes con la temática
de nuestra revista. Pero, antes de discutir sus posibilidades, vamos a
conocer todas sus características principales. Los
lectores DVD-ROM más básicos nos permiten leer discos DVD-ROM -obviamente-,
así como CD musicales y CD-ROM, a una velocidad 8X, es decir, 1200 Ks/sg,
y un tiempo de acceso situado entre los 150 y 200 milisegundos. Esta
compatibilidad es posible, no sólo porque soporta el estándar ISO 9660
utilizado por los CD-ROM, sino también porque los discos, externamente,
son iguales a los CD convencionales. Al contrario que los CD-ROM, existen
discos DVD de distinto tamaño. Todos están formados por dos capas de
sustratos de 0.6 mm, que se unen para formar un sólo disco. En
primer lugar, tenemos los discos que podemos considerar estándar (120
mm), de una cara, una capa, y una capacidad de 4.7 Gigas, o 133 minutos de
vídeo de alta calidad, reproducido a una velocidad de 3.5 Megas. Puesto
que un CD-ROM sólo puede almacenar 650 Megas, este espacio es el
equivalente a 6 CD-ROM. Estos serán los discos utilizados para almacenar
películas. Llegados
este punto, hay que decir que los Gigas ofrecidos por los fabricantes de
unidades DVD, no se corresponden exactamente con Gigas informáticos, ya
que los primeros utilizan múltiplos de 1000, mientras que en informática,
el cambio de unidad se realiza multiplicando o dividiendo por 1024. Así,
los 4.7 Gigas de esta primera clase de discos se corresponden con 4.38
Gigas informáticos, mientras que 17 Gigas equivalen a 15.9 Gigas reales.
A pesar de ello, mantendremos durante todo el artículo la primera
nomenclatura, ya que es la utilizada por los diferentes fabricantes. Continuaremos
con el segundo tipo de disco DVD. Hasta ahora, hemos hablado de los discos
de una cara, y una capa. Si se almacena información en la segunda cara,
entonces tenemos un disco de dos caras y una capa, con 9.4 Gigas de
capacidad. También es posible añadir una segunda capa a cualquiera de
las dos caras. Esta doble capa utiliza un método distinto al de los CD
tradicionales, ya que se implementa mediante resinas y distintos
materiales receptivos/reflectantes. Si la capa es de 120 mm, y dispone de
una sola cara, la cantidad almacenada es de 8.5 Gigas, o 17 Gigas si
dispone de dos caras. En el caso, también posible, de que la capa
disponga de un grosor de 80 mm, la capacidad se sitúa entre los 2.6 y 5.3
Gigas de capacidad -simple o doble cara-. Puede parecer un galimatías,
pero sólo se trata de distintos discos con distintas capacidades Para
leer la información, el lector DVD-ROM utiliza un láser rojo con una
longitud de onda situada entre los 630 y los 650 nanómetros, frente a los
780 nanómetros de los CD convencionales. Otras diferencias, con respecto
a la arquitectura de los CD-ROM, está en el tamaño de las pistas y los
pits -marcas que guardan la información-, ya que son más pequeños, por
lo que hay muchos más y, consecuentemente, se almacena más información.
Con
estos primeros datos, podemos sacar las primeras conclusiones. En primer
lugar sobresalen, por encima de todo, sus grandes ventajas: la
compatibilidad CD y CD-ROM, su velocidad, y la gran capacidad de
almacenamiento, que varía entre los 1.4 y los 17 Gigas. Todas las
aplicaciones que, por definición, necesiten una gran cantidad de espacio,
se verán beneficiadas: bases de datos, programas con secuencias de vídeo,
recopilaciones, enciclopedias, etc. Estas últimas podrán mejorar su
contenido, al añadir muchos más vídeos, animaciones y sonidos.
Igualmente, se podrán comercializar las versiones dobladas de un programa
en todos los idiomas, y en un sólo disco. A pesar de todo, como cualquier
tecnología nueva, no está exenta de problemas. El primero de ellos es la
incompatibilidad con ciertos estándares. En algunos casos, como puede ser
el laserdisc, es inevitable, ya que se trata de discos de diferentes tamaños.
Pero, a estas alturas, todavía no está muy claro si las unidades DVD serán
compatibles Photo CD y CD-I. Los DVD-ROM tampoco pueden leer CD-R, es
decir, CD-ROM grabados con una grabadora de CD-ROM. De forma recíproca,
una grabadora CD-R no puede crear discos DVD. La
compatibilidad CD-R es un tema tan importante que es posible que quede
solucionado en muy poco tiempo, incluso antes de que los lectores DVD-ROM
vean la luz en el mercado europeo. Un
CD-ROM grabado no es reconocido por un lector DVD-ROM, debido a que
utiliza un láser con una longitud de onda que es incapaz de detectar las
marcas realizadas en un CD-R. Esta limitación tecnológica provocaría
que millones de CD-R grabados con valiosa información quedasen
inutilizados, por lo que ya se han propuesto distintas medidas para
superarlo. En primer lugar, los fabricantes de CD-ROM grabables están
trabajando en un nuevo formato de disco llamado CD-R 2, que permitirá a
las grabadoras actuales crear CD-R que pueden ser leídos en las unidades
DVD-ROM. Para reconocer los discos ya grabados en el formato CD-R 1, se
barajan distintas soluciones. Samsung ha anunciado que sus lectores DVD
dispondrán de unas lentes holográficas que reconocerán los CD-R. Los
reproductores de Sony irán equipados con dos lasers, uno para leer DVD-ROM,
y otro para los CD y CD-R. Philips también asegura su compatibilidad con
los discos grabados... En definitiva, parece ser que este tema quedará
solucionado a lo largo del año. Otra de
las dificultades tiene que ver con la reproducción de películas en el
ordenador. El estándar utilizado por el sistema DVD-Vídeo es el formato
MPEG-2, a una velocidad de 24 fps (cuadros por segundo). El problema es
que ni siquiera los ordenadores más potentes son capaces de soportar
semejante flujo de datos por segundo. En la
actualidad, los ordenadores equipados con la tarjeta apropiada (adquirida
en el último año) pueden reproducir vídeo MPEG-1, que dispone de una
calidad inferior al mencionado formato MPEG-2. Para solucionar esto,
existen distintos enfoques, tal como se explica en uno de los recuadros
adjuntos. Todo se
reduce a comercializar tarjetas gráficas compatibles MPEG-2, o incluir
los chips necesarios en los propios lectores de DVD-ROM. Como
podemos observar, los posibles obstáculos van a poder ser solucionados en
muy poco tiempo, por lo que las posibilidades que se nos avecinan no
pueden ser más prometedoras, posibilidades que se verán reflejadas en
las actuales unidades que están a punto de ser comercializadas.
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