Introducción
La rabia es una enfermedad muy vieja, tal vez tan vieja como la propia
humanidad. Tres mil años antes de Jesucristo ya se encuentra el origen de
la palabra "rabia" en la lengua sánscrita, donde "Rabhas" significa "agredir".
La palabra griega "lyssa" viene de la raíz "lud": "violento". La primera descripción de la enfermedad se remonta al siglo XXIII
antes de Jesucristo, en el Código Eshuma en Babilonia. Desde la antigüedad ya se había
establecido la relación entre la rabia humana y la rabia debida a mordeduras de los animales (especialmente perros).
Girolamo Fracastoro, sabio italiano nacido en Verona, describió la enfermedad (que había podido observar en numerosos pacientes) y sus modos
de contaminación, y esto en 1530, es decir ¡350 años antes de Luis Pasteur!
Durante el siglo XIX la rabia canina o rabia de la calle es por dondequiera
un verdadero flagelo, particularmente en Europa. El miedo a la rabia, debido a su modo de contaminación y a la ausencia de tratamiento eficaz, se
había vuelto irracional. Las personas mordidas por un perro sospechoso de
rabia se suicidaban o eran sacrificadas. En este mundo de miedo irracional, el primer tratamiento post-exposición
realizado en 1885 por Luis Pasteur dio a este gran sabio una aura internacional que no habían sido suscitado hasta entonces sus otros
importantes trabajos científicos.
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