Físico inglés, brillante inventor de
diversos aparatos y padre de algunas nuevas concepciones que
encontraron su desarrollo en los trabajos posteriores de otros
científicos
Nacido en la isla de Wight,
Hooke fue acogido por la iglesia y marchó a Oxford como cantante de
coro. Sus protectores pensaron que la mala salud que aquejaba al
joven no le pronosticaba un buen futuro dentro del ámbito
eclesiástico, de modo que Hooke desvió su mirada hacia la ciencia,
llegando a ser ayudante de Boyle en su laboratorio de Oxford. Allí
fabricó y perfeccionó una bomba para su maestro. Desde su infancia
Hooke había revelado ser un ingenioso y experto mecánico.
En 1660 se trasladó a
Londres, donde formó parte del grupo de hombres que fundaron, en
1662, la Royal Society. Fue el administrador de la Sociedad, y una
de las tareas correspondientes a su cargo consistía en exponer «tres
o cuatro experimentos de interés» en cada una de las reuniones
semanales. Posteriormente añadiría a este cargo otros de distinta
índole, y uno de ellos, el de supervisor de Londres tras el gran
incendio que arrasó la ciudad, le hizo rico. Sin embargo, la Royal
Society y el puesto que en ella ocupaba ayudaron a dar forma a la
vida de Hooke, quien pronto sería conocido como un experimentador
prolífico cuyas ideas solían encontrar su completo examen en los
trabajos de otros de sus colegas. De carácter enérgico e
inconformista, Hooke se vio envuelto en numerosas disputas sobre
cuestiones acerca de la paternidad de algún descubrimiento, en
especial con Newton.
Durante la década de 1660
a 1670 elaboró la ley de Hooke, así
denominada en su honor. Según esta ley, y en su formulación
actual, supuesto que el límite de elasticidad no puede ser excedido,
la deformación de un material es proporcional a la fuerza ejercida
sobre él. Hooke no publicó su hallazgo hasta 1676, y entonces lo
hizo en la forma de un anagrama escrito en latín. Su formulación
inteligible apareció en 1678. Durante la década mencionada más
arriba, Hooke había observado también la idoneidad de un muelle en
espiral a la hora de regular en los resortes que equilibran el
funcionamiento de las ruedas de los relojes, pero Huygens realizó
el primer modelo experimental en 1674.
Le fascinaba la microscopio,
y en su obra Micrographia (1665), Hooke describe el uso del
microscopio compuesto que él mismo había inventado. Acuñó la
palabra «célula» para caracterizar los espacios angulares que
había observado en una delgada sección de corcho. Desde entonces,
el término ha pasado a denotar las unidades limitadas por una
membrana características de plantas y animales. El libro incluye
asimismo la idea de que la luz consiste en una serie de ondas,
aunque los trabajos más logrados sobre el tema fueron realizados
posteriormente por Huygens. También aparece en la Micrographia su
teoría acerca de la cornbustión, que es de la suficiente calidad
como para afirmar que, si Hooke hubiera continuado con la química,
habría descubierto el oxígeno. Durante la década de 1660 a 1670
desarrolló sus teorías sobre la gravedad, al igual que otras
muchas, llegando a sugerir, en 1679, que el valor de su fuerza
depende de una ley del cuadrado inverso. Tales ideas podrían haber
sido de una gran utilidad para Newton. Lo que sí es cierto es que
el aparato matemático y el genio de este último lograron elaborar
con brillantez el tema de la gravedad, y no dudó en resistirse
enérgicamente a las pretensiones de prioridad de Hooke.
No tuvo rival como
constructor de instrumentos y numerosos dispositivos. Entre ellos
podemos citar el microscopio, el telescopio y el barómetro,
aparatos que Hooke perfeccionó notablemente. Otras de sus
invenciones fueron un tambor giratorio para el registro de la
presión y la temperatura, y una ensambladura universal. Su
contribución a la ciencia es inusual, puesto que ofreció muchas
ideas de gran interés y, sin embargo, fueron otros los científicos
que ahondaron en ellas y las perfeccionaron. Sin duda los esfuerzos
que realizó para transformar la Royal Society en un cuerpo de
profesionales más que en un club de virtuosos no fueron superarlos
por ningún otro. Hooke gozó de gran respeto durante su época, a
pesar de que su carácter, cínico y avaro, no resultara demasiado
agradable para quienes lo rodeaban. |