Esfuerzos para su conservación

Apropiación y administración de tierras:

La mayor parte del hábitat ocupado al presente por la cotorra puertorriqueña, permanceció en manos de la Corona Española hasta el 1898, en que Puerto Rico pasó a formar parte de los Estados Unidos. Estas tierras fueron transferidas directamente al gobierno de los Estados Unidos y en el 1903 fueron proclamados como la Reserva Forestal de Luquillo, administrada por el Servicio Forestal de los Estados Unidos. Entre 1931 y 1954, la adquisición de tierras mediante expropiación aumentó al doble el tamaño de la Reserva. En el 1935 fue renombrada como Bosque Nacional del Caribe y declarada Refugio de Vida Silvestre por el gobierno de Puerto Rico en el 1946.

En las últimas décadas el Bosque se ha ido reforestando por regeneración natural y prácticas de reforestación.

El Bosque de Río Abajo, en Utuado, es el lugar propuesto para establecer una segunda población de cotorras en estado natural. Fue establecido por la Administración de Reconstrucción en el 1935 y actualmente es administrado por el Departamento de Recursos Naturales.

Protección Legal:

La cotorra puertorriqueña ha sido protegida por ley en toda la isla por más de un siglo. En el 1946, el robo de nidos y la caza fueron prohibidos en el Bosque Nacional del Caribe por leyes del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Cuando fue declarada especie en peligro de extinción en el 1967, se aumentó la protección legal a la misma. La Ley de Vida Silvestre de 1970 y la Regulación para dirigir el Manejo de Especies Amenazadas y en Peligro de Extinción del 1985 también protegen a la cotorra.

Desde el 1974, patrullas regulares de vigilancia de la ley junto con la vigilancia de los trabajadores del programa de la cotorra han terminado prácticamente con la caza ilegal.

Investigaciones:

Los primeros esfuerzos para contabilizar las poblaciones en libertad y localizar los lugares en que anidaban, se realizaron desde 1953 hasta el 1956 por el Departamento de Agricultura de Puerto Rico, en colaboración con el Servicio Forestal y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre. En el 1968, después de ser declarada especie en peligro de extinción, se comenzaron esfuerzos más intensivos y contínuos para investigaciones. El Departamento de Recursos Naturales de Puerto Rico, El Servicio Forestal, El Servicio de Pesca y Vida Silvestre con el apoyo del Fondo Mundial de Vida Silvestre de Estados Unidos, comenzaron a realizar censos sistemáticos y observaciones de las acitividades de anidar desde que amanecía hasta el anochecer.

Se identificaron muchos de los factores que afectaban la población y se tomaron medidas efectivas para contrarestarlos. Se recopilaron datos acerca de los requisitos para anidar, factores de mortalidad y biología reproductiva.

Se han iniciado estudios sobre inseminación artificial en la población cautiva.

Esfuerzos para aumentar el éxito en las anidadas (nesting):

Antes del 1973 el éxito de las anidadas en la población en estado silvestre era de un 11 a un 26 por ciento. Gracias a las investigaciones se han identificado factores que impedían el éxito y desde el 1973 el éxito promedio de anidadas es de un 70 por ciento.

Control de enemigos:

El problema del Zorzal Pardo se resolvió convirtiendo los nidos de las cotorras en estructuras profundas y obscuras con fondos no visibles desde la entrada, características que repelen los zorzales pero no las cotorras, y proveyendo nidos en cajas atractivas para los zorzales adyacentes a los lugares donde anidan las cotorras. Las parejas de zorzales sirven de guardias de los nidos de las cotorras al defender su territorio de otros zorzales en busca de nido.

La ocupación de las abejas se previene cubriendo la entrada de los nidos durante el verano y removiendo los panales ya establecido en las cavidades donde anidan las cotorras durante la temporada en que no hay crianza.

Se inspeccionan frecuentemente las crías de las cotorras para determinar la severidad de parasitismo y se le da tratamiento medico a los afectados.

Desde 1956, se ha usado veneno para ratas rutinariamente.

Establecimiento de poblaciones cautivas:

El Aviario de Luquillo, localizado en el Bosque Nacional del Caribe, comenzó su grupo de cotorras en cautiverio en 1973. En diciembre de 1986 había 37 aves en cautiverio.

En el 1987 se comenzó a trabajar con un segundo aviario en el Bosque de Río Abajo en Utuado. En el 1993 se transfirieron seis parejas de cotorras adultas a Río Abajo y nacieron dos pichones ese año.

Información y Educación:

Se le da publicidad nacionalmente a los esfuerzos y logros del Programa de Recuperación de la Cotorra a través de periódicos y revistas.

Cooperación Interagencial:

La cooperación interagencial es y seguirá siendo una necesidad crucial en el éxito de la recuperación de la cotorra. Las agencias envueltas y comprometidas en este proyecto son:

El Proyecto para la Recuperación de la Cotorra Puertorriqueña, coordina los esfuerzos de estas agencias a través del Grupo de Trabajo de la Cotorra Puertorriqueña.