Setenta y cinco a sesenta millones de años atrás, un gran número de hadrosaurios corrían por las tierras de Norteamérica y Asia. Los hadrosaurios son famosos por la rara forma de sus cabezas. El Corythosaurio no es una excepción, con su cresta redonda como un plato. Dado que las evidencias fósiles indican que tubos nasales cruzaban estas crestas, algunos científicos especulan que la cresta pudo haber sido un resonador para amplificar sus llamadas.