Evolución del Cerebro y la mano humana

 

 

Los seres humanos son la especie dominante de los vertebrados en el planeta. La cuestión de cómo llegaron a ser una especie ha preocupado al pensamiento humano a través de la historia registrada y, sin duda, aun antes de este periodo. Cada cultura ha producido su propia historia de la creación, apoyada generalmente en el misticismo, la magia y el simbolismo.

De la misma manera en que han surgido explicaciones religiosas y míticas para la explicación de la aparición del hombre, como es el caso de la Biblia, que describe la creación del mundo en seis días y la aparición del hombre en el último de ellos, creado a imagen y semejanza de Dios, como se nos dice, también ha habido un gran número de científicos que se han preocupado por buscar una explicación racional al origen del hombre y su evolución durante su estancia en el planeta. Este es el caso de personajes como Aristóteles, Darwin, Lamarck, Dobzhansky, Kelvin, Redi, Mendel, etc., quienes se preocuparon por descubrir el misterio que supone el origen del hombre.

¿Dónde comienza la historia de la evolución humana? Podríamos empezar con una combinación azarosa de sustancias químicas en algún mar cálido durante el período precámbrico, e incluso con la formación de un pequeño planeta a 150 millones de kilómetros de una estrella. También pudo haber comenzado más de 4 500 millones de años más tarde, cuando una pequeña tribu de homínidos descubrió que podía afilar un palo para excavar o pulir el borde plano de una piedra. De todas maneras, es una historia muy larga, medida en términos humanos, y es probable que muchos de sus detalles se hayan perdido para siempre.

 Debido a lo amplio que es el tema de la evolución humana, nosotros decidimos enfocar este trabajo hacia la evolución paulatina del cerebro y la mano humana, exclusivamente. Elegimos además estos temas, ya que pensamos que son elementos que contribuyeron en gran parte en el desarrollo del ser humano.

La diferencia fundamental entre el hombre y otros animales es su cerebro, tanto en su peso como en su estructura y funcionamiento, ya que, por ejemplo, la relación de peso promedio entre el cerebro y el cuerpo es de 1:47, mientras que en el gorila es de 1:420. La capacidad craneana del hombre le permite alojar un cerebro de 1,250 gr. o más. Este órgano es el coordinador de infinidad de mensajes interiores y exteriores.

El crecimiento del cerebro determina la supremacía del hombre sobre todos los animales. Los cráneos del hombre del pasado revelan la evolución de este órgano. A continuación se incluyen la capacidad cerebral junto con la antigüedad y forma del cráneo conforme a la evolución que han presentado.

El cerebro del antecesor del hombre, era mucho más pequeño que el cerebro del hombre moderno. Las similitudes de la estructura esencial del cerebro del antropoide en muchos detalles son sorprendentemente precisas. Se ha encontrado que estas  semejanzas anatómicas del cerebro están correlacionadas con similitudes psicológicas. También, los mecanismos sensoriales y motrices casi llegan a reproducir con exactitud las funciones del cerebro humano. De la misma manera, varias funciones del cráneo y el esqueleto de los antropoides se aproximan mucho a aquellas de los homínidos.

El tamaño y la complejidad del cerebro humano se deben en gran parte, a la actividad desarrollada con sus manos en los primeros periodos de su evolución, en la cual tuvo un importante papel el dedo pulgar, que le permitió tomar objetos con facilidad y fabricar herramientas complejas, estimulando con ello la creación de muchas interconexiones nerviosas, lo cual a su vez permitió otras actividades de mayor grado de dificultad.

La interacción entre la mano y el cerebro fue determinante para la evolución del hombre. Las manos de otros primates, aun cuando son prensiles, están adaptadas a una sola actividad, mientras que la mano del hombre está adaptada a múltiples actividades.

En el transcurso de su evolución a través de los siglos durante el desarrollo individual, el hombre aprendió a utilizar sus manos; el medio ambiente permitió la supervivencia de los individuos más aptos por medio de la selección natural.

Gracias al cambio en la forma de husos como la pelvis, el fémur y la columna vertebral, el hombre adquirió una posición erecta. Estos cambios permiten soportar mejor el peso del cuerpo en posición vertical, sin necesidad de apoyarse en las extremidades anteriores.

Esta última característica parece haber sido fundamental en la evolución del hombre ya que dejó las manos libres para ser empleadas en otros usos.

Una vez en la sabana, las manos dejaron de tener las funciones de locomoción que desempeñaban fundamentalmente en los árboles por lo que los primeros homínidos (Ramapithecus y sus descendientes) empezaron a darles otros usos manipulando objetos.

Desde luego que la mano sufrió también cambios anatómicos; el más importante de ellos consiste en que el pulgar es oponible a todos los demás dedos. La mano ya no es un órgano tosco que permite simplemente sujetar los objetos, sino un instrumento que permite manipularlos con precisión. El significado de esto es muy grande, pues los cambios en la anatomía de la mano convirtieron a los homínidos en algo totalmente nuevo.